jueves, 8 de junio de 2017

¿Cómo puedo aprender a tocar un instrumento musical más rápido?

Ensayo General Músicos - IX Concierto CCVO

Ah, la pregunta de los $ 64,000.00 pesos. El buscar la "fórmula mágica" para instantáneamente aprender a tocar la guitarra, el piano o el violín con mínimo esfuerzo, casi de la noche a la mañana. Porque después de todo, ¿quién tiene tiempo de estudiar música por años, si a veces no nos alcanza ni para las actividades típicas de la vida como ir a la escuela, al trabajo o siquiera descansar?

Y vamos a Google. Y le preguntamos a Google. Y Google nos ofrece varias entradas de blogs (como ésta), algunos reportajes de periódicos y/o revistas, así como algunos videos. Con suerte hasta algunos anuncios de programas que te prometen dominar cualquiera de los instrumentos que existen en una cantidad mínima de tiempo.

Vamos primero con la mala noticia, y lo pondré en "negritas" y lo separaré del párrafo para que se lea detenidamente, y se le de el dramatismo que se requiere:


La única forma de aprender un instrumento musical en un tiempo corto es practicando el tiempo suficiente para que el avance sea, precisamente, rápido. 


Y para ello, debo de agregar, se debe de contar con una guía de algún tipo. Puede ser un(a) maestr@, un método impreso, un curso en videos...pero ALGO. Los conocimientos no vienen a la cabeza por encontrarse en el medio ambiente como el oxígeno o la contaminación. El cuerpo humano es un animal de entrenamiento. Sí tenemos algunos comportamientos o habilidades con los que nacemos, pero en general necesitamos recibir información, y si es algo que requiere después traducirse de cerebro a cuerpo, entrenar a éste último para que se vuelva una realidad física.

Podría poner muchos ejemplos de cómo los mejores en el mundo tuvieron años y años de entrenamiento en lo que son excepcionalmente buenos, pero no quiero que se me vayan a desanimar. Después de todo, sí hay un lado positivo con el que podemos quedarnos de esta historia.

Ahora, la buena noticia...esa práctica que se requiere para aprender a tocar un instrumento musical (y vamos a decir, práctica intensa, para que el aprendizaje sea rápido como queremos que lo sea), puede hacerse con menos esfuerzo. Ese es el secreto. ¿Y cómo vamos a lograr que sea una práctica más sencilla, que no nos quiebre la cabeza, y de la cual no salgamos fastidiados? Va a ser posible gracias a tres conceptos: Motivación, Prioridades y Ambiente Adecuado.



Motivación

Función Músicos - IX Concierto CCVO
El primer trabajo pagado que tuve en mi vida (fuera de actividades caseras por las cuales mis papás pudieran haberme dado algo de dinero por completar), fue dar una clase de guitarra. Tenía solamente 13 años cuando un vecino fue a mi casa, y tomó una clase particular conmigo. A partir de ese momento, di clases de música casi ininterrumpidamente durante más de 20 años. Tuve todo tipo de alumnos, tanto en edad, como en conocimientos, como en talento. Ninguno de esos parámetros fue para mi tan importante durante clases como el nivel de motivación de cada uno de ellos. Es uno que generalmente no se toma en cuenta por parte de los maestros, y es quizá el más importante de todos, sin importar si el alumno es principiante o avanzado.

Todo lo que hacemos en la vida tiene una motivación de fondo, aunque no lo sepamos. A veces las motivaciones son recompensas físicas, tales como el dinero o una buena salud, y a veces son emocionales, tales como el amor. En el caso de aprender a tocar (o bien mejorar en) un instrumento musical, esos motivos pueden variar muchísimo. Un niño puede tener como motivación imitar a un ídolo de la guitarra que tenga, mientras que un adolescente puede estar motivado por impresionar a alguna chica que le gusta. Para un adulto puede ser el desestresarse de su rutina de trabajo, y para un adulto mayor puede ser el mantenerse activo.

"¿Pero qué tiene que ver todo eso con la práctica del instrumento?"

Una vez más, muy sencillo: mientras más motivado te encuentres para aprender tal instrumento musical, menos difícil serán tus momentos de práctica. Es decir, sí tú puedes visualizar muy claramente cuál es tu meta final, todo el proceso se volverá mucho más disfrutable, y menos como una tarea "gorrosa" que tenemos que hacer a la fuerza. Es importante entender que la meta final no debe de ser el aprender a tocar un instrumento musical...ese debe de ser solamente el medio de tu meta. Si tu meta final es tocar una canción enfrente de tu novia, te aseguro que vas a practicar TODOS los días sin parar, pues sabes que es algo que a ella le va a fascinar.


Prioridades

A lo largo de esos 20 años dando clases, me di cuenta que demasiadas personas no tienen claras cuáles son sus prioridades en la vida. Y no necesariamente porque haya conocido todos los detalles de su vida, sino simplemente por ver la forma en la que llevaron el proceso de su inscripción a tales clases de música, ya haya sido conmigo en mis tiempos de clases particulares, o bien en Centro Cultural Valle Oriente o nuestra recién inaugurada Sound Box (academia de música para adultos y estudio de grabación).

Maestro Juan Carlos Guzmán
Un ejemplo típico vale más que mil palabras. Imaginemos a una alumna llamada Becky, de 25
años. Ella cumple el primer punto a la perfección: se encuentra muy motivada para aprender la guitarra, pues hasta ahora que está recién graduada y consiguió un trabajo bien pagado es que tiene la capacidad de pagarse ella misma sus clases. Sus papás nunca tuvieron el dinero para hacerlo, y ahora ella quiere darse ese "lujito". Incluso va más allá, pues tiene muy en claro que, una vez aprendiendo la guitarra, va a aprender también a componer y va a escribirle una canción a su novio, con el cual ya está comprometida y cercana a casarse. Es más, todavía MÁS alto su nivel de motivación: aprovechó su aguinaldo para comprarse una guitarra electroacústica con la que estará practicando todos los días en su casa, y no se diga llevando a sus clases en su estuche reluciente.

Becky va a su primera clase. Y después va a la segunda. Para la tercera ya conoce algunos acordes y ya le está empezando a hallar un sentido a cómo se conforman los mismos. Ya se tomó una fotografía en su clase y ya la subió a Instagram. Ya le contó a toda su familia, amigos y amigas y su novio la apoya incondicionalmente para que ella finalmente cumpla su sueño. Todo va de maravilla.

Pero Becky falta a su cuarta clase. Desgraciadamente su jefe en el trabajo le pidió quedarse a terminar la presentación que tendrán que dar mañana ante el consejo directivo. Y si no lo hace, pues no perderá su trabajo de inmediato, pero ya la tendrán "checada". Quizá asista a su quinta clase, y puede ser que a la sexta. Pero para la séptima tiene que volver a faltar, esta vez porque su clase cae en un lunes de puente, y pues, Playa del Carmen, ¿no? Entrando a su tercer mes de clases, Becky avisa que no va a poder ir en "un par de semanas" porque tiene algunos pendientes de su próxima boda, que no es en Monterrey, sino en Mérida. Para cuando regresa de aquel viaje, su guitarra ya no es la guitarra completamente nueva de antes, sino que ya se le ve polvo. Ella no se la pudo llevar de viaje porque, ¿dónde la mete en el avión? ¿Y si se rompe? ¿Y si Viva Aerobus le cobra extra?

Para el cuarto mes, Becky tiene encima a su jefe en el trabajo, pues ya ha faltado mucho debido a los preparativos de su boda. Los pendientes se empiezan a acumular, y la boda obviamente no puede esperar. Becky avisa que dejará de asistir indefinidamente a sus clases de guitarra "hasta nuevo aviso". Su guitarra termina abandonada, con cuerdas oxidadas al cabo de algunos meses, y hasta en Mercadolibre en un par de años.

¿Todo lo sucedido fue culpa de Becky? Claro que no. ¿Falta de motivación? Para nada. Sin embargo, lo que sí es un hecho, es que existen prioridades, y si uno no las tiene en orden en la vida, y entiende cuánto tiempo le van a tomar llevarlas a buen término, lo ideal es no empezar con un proyecto adicional que terminará empolvado en un rincón. 

Dicho todo lo anterior, hay un tercer punto que quizá pudo haber salvado a Becky de dejar sus clases, o cuando menos la práctica del instrumento: el Ambiente Adecuado.


Ambiente Adecuado

Te encuentras motivado. Tienes tus prioridades muy en claro. Es el momento adecuado para empezar a aprender un instrumento musical. Sabes que en tu trabajo no te piden quedarte JAMÁS después de las 5:30 PM. No te vas a casar. No estás embarazada. No te vas a ir a vivir a otra ciudad pronto ni a estudiar un semestre fuera. Todas las condiciones son ideales. Nada puede fallar.

Pues sí pueden fallar si no tienes el Ambiente Adecuado para practicar.

Otro punto más que platiqué con mis alumnos por los siglos de los siglos. Básicamente se reduce a lo siguiente: si quieres practicar más, necesitas propiciar el ambiente adecuado para que eso se de de la mejor manera posible. De la misma forma que uno no estudiaría para un examen en medio de una fiesta, uno no va a poder practicar si las condiciones no son cómodas. Consigue una buena silla en dónde hacerlo. Ponle cuerdas nuevas a tu guitarra. Si está haciendo un calor de 40° y tienes la posibilidad de hacerlo, prende el clima para regular la temperatura. Si vienes con ropa de trabajo, mejor ponte algo cómodo. Después de todo, la música se debe de disfrutar. El practicar un instrumento musical no debe de ser una carga (ya pasamos por la motivación). Se debe de dis-fru-tar. ¿Eres un niño? ¿Qué tal un buen plato de fruta para acompañar el rato? ¿Eres adulto? ¿Qué tal abrir una cerveza o servirse una copa de vino (también pueden irse por el plato de fruta, pero no le vayan a dar alcohol a los niños!) para acompañar el momento?

Y quizá todavía más importante...lo volveré a poner por separado, en "negritas", y esta vez hasta subrayado:

No tengan su instrumento guardado en el estuche, con llave, adentro del closet, en el segundo piso, desafinado, con un perro protegiéndolo. Mientras más complicado sea sacarlo y tenerlo listo para practicar, menos van a hacerlo. 

Compren algún tipo de "stand" para tenerlo a un lado de su cama, o un "hanger" para tenerlo colgado en una pared de su cuarto. De esa forma, si todo falló en el día, de todas formas llegarán en la noche, antes de dormir, y podrán dar una repasada, por corta que sea (de preferencia que no sean cortas si buscan avanzar rápido).


Prácticamente se trata de cambiar la forma en la que visualizamos lo que conocemos como "práctica". Si logramos quitarnos de la cabeza que ello debe de ser difícil y/o aburrido, podremos dedicarle más tiempo, y sin darnos cuenta pasarán las horas. Se los platico de experiencia propia: hubo años de mi vida en donde practicaba de 4 a 8 horas al día. Sí, definitivamente cuando estaba en secundaria/prepa. Pero de ahí para abajo hay muchas cantidades diferentes de tiempo que podemos dedicarle, sea cual sea nuestra situación actual.

Estoy seguro que los veré tocando el instrumento musical que quieran más rápido de lo que se imaginan. ¡Sí se puede!

Los veo a la siguiente.

Carlos Oliveros
Centro Cultural Valle Oriente
http://www.ccvo.com.mx